miércoles, 5 de diciembre de 2012

Pollo al pimentón


   Esta salsa... me ha robado el corazón. Cremosa, intensa, con un punto picante. Está tan buena que parece que a la fuerza tiene que llevar una tonelada de nata. Lleva sólo un chorrito de leche, y porque lo decía la receta (que en realidad decía un vaso de nata y otro de Crème fraîche...), que si no...

   Recetas de pollo en salsa tengo muchas en el blog. La verdad es que me resulta un plato muy socorrido para preparar mientras se hace la cena y llevar a la oficina al día siguiente. O para comer en el momento, que siempre está más rico... pollo a la cerveza, que es lo más fácil del mundo, o pollo a la cocacola, rico y sorprendente, o con pasas como lo hace mi abuela... pero la que os traigo hoy creo que es la que más me gusta de todas.

   Todos los meses en el super regalan una revista de recetas. Es muy bonita, y tiene unas recetas muy originales... que nunca me salen bien. O soy muy torpe, o no entiendo el alemán aún, o son combinaciones de sabores muy raros... pero ya llevo varios fracasos con sus recetas. Además las fotos no corresponden 100% a lo que dice el texto. Pero esta vez sí, me leí tres veces la receta antes de hacerla a ver si todo tenía sentido, y ha sido todo un éxito. 


   Esta vez he usado pimentón de Hungría. Siempre tengo en casa pimentón de la Vera. Si quiero hacer una sopa de ajo, imprescindible, como para otros tantos platos. Pero ese sabor ahumado tan rico me parecía que podía no pegar del todo. Y seguro que quien ideó la receta no la hacía con pimentón de la Vera (por eso de ser una receta austriaca)... por eso mismo el Goulash lo hago con este pimentón de aquí: a cada sabor, su condimento. Pero vamos, que sin ponernos tiquismiquis... ¡vale perfectamente el pimentón que más os guste!

   Si la semana pasada os decía que dejarais el pan de lado, que aunque la salsa de tomate y calabaza estaba muy buena había que cuidarse... hoy nada de eso. Sacad el pan, que nos vamos a poner las botas...

martes, 27 de noviembre de 2012

Sopa mexicana de carne


   Dice mi libro de sopas que esta es una sopa mexicana. La verdad es que no creo que tenga mucho de ese país, cuya gastronomía, gente, paisajes, cultura... me encanta y estoy deseando conocer. Lo mismo resulta que sí, que está inspirada en alguna receta tradicional. ¿Alguien me ayuda?

   Pero supongo que el nombre se lo han puesto por la mezcla de sabores, de ingredientes, por el punto picante, por el chocolate... Si, si, has leído bien, chocolate. Amargo, y muy poquito, pero le añade un punto más de intensidad a la sopa, que está buenísima.

   Y es que esta es una sopa para resucitar. De plato único. De ponerse las botas. De disfrutarla en buena compañía cuando hace mucho frío fuera. O en soledad, en calma.

   Hay gente que dice que cuando está sola no cocina. Que con cualquier cosa se apaña. ¿Vosotros? Yo tengo mis días. Hay veces que me hago cualquier cosa (una ensalada gigante que me encanta). Pero otras veces me doy un capricho de algo que a mi pinche no le guste. O me pongo a cocinar para mi. No me gusta estar sola, y prepararme algo rico me entretiene y me levanta el ánimo. Esta sopa es una buena candidata...

   Sea como sea, mejicana o no, sola o en compañía, probadla. Un poco laboriosa, pero riquísima...

martes, 20 de noviembre de 2012

Albóndigas de pollo con salsa de calabaza y tomate


   Llevamos más de un mes de exceso tras exceso. Y se acercan las Navidades, así que hay que hacer una tregua y cuidarse un poco. Pero ojo, ¡eso no tiene que significar comer aburrido! 
  
   Esta es otra de esas recetas que surgió improvisando, pero que ha llegado para quedarse. Está buenísima. De echo iba a ser para el tupper del día siguiente, pero no pudimos resistirnos y acabó siendo la cena de ese mismo día... 

   Había en la nevera unos contramuslos de pollo. Y no me apetecía hacerlos como siempre. Tenía ganas de comer calabaza. Y el pinche había comprado 1kg de tomates. Pero yo quería calabaza... La idea de la salsa de tomate y calabaza la había visto/leído/oído ya en varios blogs, pero no le había hecho mucho caso. Total ,que con los ingredientes en mente se me antojó, así que me puse a experimentar y el resultado fue fantástico. Está buenísima. Yo hice para que sobre. Se puede embotar o congelar y está buenísima para pasta, para salsa, para fondo para una lasagna... 

   Y las albóndigas de pollo están riquísimas también. En la mayoría de supermercados grandes venden ya carne picada de pollo. Pero yo prefiero hacerla en casa. Creo que es porque la grasa del pollo me da bastante asquete, y la carne picada del super la lleva... si la picamos en casa, le ponemos lo que nosotros queremos. Yo lo hago con la picadora de la batidora, y queda estupenda. Se puede hacer con pechugas de pollo, yo en este caso lo he hecho con contramuslos. Más trabajo y más desperdicio, pero también más jugosos. Al gusto.

martes, 6 de noviembre de 2012

Truco para llevar la pasta en tupper. Salsa de tomate y ricotta


   Si desde hace unos años llevar el tupper de comida al trabajo "está de moda", con los tiempos que corren es casi un imprescindible. Y la pasta es un plato de lo más socorrido, además de barato. No todos los días apetece prepararse la comida para el día siguiente, se acaban las ideas, no hay tiempo...

   Pero llevar la pasta en tupper tiene un problema. Lo que preparas por la noche con muy buena pinta, al día siguiente es un plato pegoteado y reseco. Por eso os quiero contar mi truco. Hace unos meses lo escribí en Twitter y gustó mucho, así que pensé que a alguien más le podía servir si lo publicaba en el blog.

   No es que la pasta quede como recién hecha, para eso no hay truco. Pero (que me perdonen los puristas) es un apaño bastante bueno y nos permite comer un plato de pasta más que decente en la oficina.

   Y de paso, os enseño una salsa muy socorrida y muy rica. La base, tomate y ricotta. Le podemos poner un poco de pollo, cebolla pochada... y estará más rico aún, pero para unas prisas salsa de tomate y un par de cucharadas de ricotta, una pizca de pimienta, ¡y marchando!

viernes, 26 de octubre de 2012

Cementerio de brownie para Halloween


      Ya tenemos unas cuantas ideas para la cena de Halloween, ahora no puede faltar el postre. Y el chocolate siempre triunfa, y más si tiene un aspecto terrorífico como este cementerio... 

   El año pasado preparamos una mousse de chocolate con gusanos, y ahora os propongo esta otra idea original. En la cena de Halloween del año pasado Rossana fue la encargada de preparar el postre, y nos sorprendió con este plato, así que este año me toca  a mi.

   Al ir a buscar la receta para el Brownie, no lo he dudado. El Monstruo de las Galletas. Que pronto se va a cambiar el nombre al Monstruo del brownie, ya veréis. Los prepara de mil maneras, incluso hace fusiones de galleta brownie y magdalenas que te da un subidón de azúcar sólo de ver las fotos, que locura, ¡que rico todo! Así que allá que me fui y como siempre, todo un acierto. Un brownie clásico va perfecto para este cementerio, pero podéis hacer el que más os guste. He adaptado los ingredientes un poco, pero las instrucciones las he seguido al pie de la letra. 100% recomendable, ¡que delicia de brownie!

   Como yo no soy muy manitas he decorado las galletas como he podido. Una glasa de azúcar y limón y unos caramelos de tubo para decorar. Pero puede hacerse también con chocolate, o con galletas decoradas con alguna técnica mejor, claro...

Ingredientes: 
   Para el brownie:
   - 250g de mantequilla
   - 140g de chocolate, cuanto más puro mejor
   - 4 huevos
   - 200g de azúcar
   - 120g de harina
   - Medio vaso de nueces

   Para las tumbas
   - Galletas cuadradas
   - 2 cucharadas de azúcar glass
   - Zumo de limón
   - Pinturas comestibles o chocolate para decorar

Cómo preparar el cementerio de brownie para Halloween:

   Lo primero, hacer el brownie.
   
   Precalentamos el horno a 200º.

   Derretimos la mantequilla y el chocolate. Yo lo hago todo junto al baño maría. También se puede hacer más rápido en el microondas, en periodos de 10-5 segundos, y siempre dando vueltas para que no se queme.

   Batimos los huevos con el azúcar, lo justo para que se mezcle, y añadimos el chocolate con la mantequilla derretidos. Mezclamos e incorporamos la harina y las nueces partidas con las manos.

   Como hay que sacar el brownie del molde y yo no tengo un molde cuadrado desmontable, he forrado uno con papel de horno, para poder sacarlo tirando sin problema. Se hace en un momento y sale solo.

   Vertemos la masa en el molde y horneamos a 180º unos 20 minutos. Yo lo he tenido unos 24 porque lo quería más cuajado, para poder desmoldarlo bien y montar el cementerio. Para que esté en su punto justo, tenemos que pinchar con un palillo y que salga con un poco de masa pegada. A partir de ahí, si lo queremos más seco como en mi caso, unos minutos más y listo.

   Sacamos, dejamos templar y desmoldamos.

   Para decorar las galletas, ponemos el azúcar glass en un vaso y añadimos una cucharadita de zumo de limón. Mezclamos y vamos comprobando la consistencia, queremos una pasta que podamos extender y quede lisa, pero que no se resbale fuera de la galleta. Un poco más de zumo o de azúcar y probar. Es muy fácil.

   Ponemos las galletas en una superficie lisa y las cubrimos con la glasa. Dejamos reposar sin tocar al menos una hora.

   Decoramos con chocolate o con colores, haciendo cruces, inscripciones y sangre.

   Tan sólo queda montar el cementerio. Colocamos el brownie en una fuente y cortamos porciones pequeñas. Con una espátula pequeña o con dos tenedores sacamos algunas de su sitio, descolocando el suelo como si fuera tierra removida. 

   Clavamos las lápidas, que no queden rectas, para que tenga más aspecto de abandonado...


   ¡Si es que los zombies están saliendo de sus tumbas!

   

miércoles, 24 de octubre de 2012

El monstruo del lago Ness - Receta de Halloween


   En la última fiesta de Halloween invitamos al monstruo del lago Ness a cenar. Vino encantado, pero lo que no sabía... ¡Era que él era el plato fuerte! 

   La mayoría de recetas de Halloween llevan salchichas, masas, queso... pero esta especie de culebra es una opción ligera (y divertida) para preparar un plato de Halloween diferente. Un toque fresco en la mesa y válido para todo tipo de dietas.

   Este tipo de pepinos largos, creo que les llama holandeses, son los que se encuentran aquí en Austria casi siempre. Me gustan para este tipo de platos de "crudités" porque saben muy poquito y puedes comer un montón sin que repita.

   La salsa yo la he hecho con yogurt griego, zumo de limón, tahine y semillas de sésamo (inspirada en esta receta de Gastronomía&Cía) pero podéis poner lo que os guste: cualquier hierba o especia, o queso azul... hay un montón de opciones.

lunes, 22 de octubre de 2012

Intestinos de Zombi para Halloween


   Las fiestas de Halloween son muy divertidas, pero la verdad es que cuando un par de zombis pasan por casa, lo dejan todo echo un caos...

   Que si uno pierde una mano, a otro se le cae un ojo en la copa... y no veáis el susto que me di el año pasado al abrir el horno y encontrarme dentro ¡los intestinos de uno de los invitados!

lunes, 15 de octubre de 2012

Hot-Dog de gusanos frescos - Receta de Halloween


   No hay nada, para prepararse en un momento una merienda de miedo, como salir al jardín en un día lluvioso y recoger unos cuantos gusanos para hacerse un jugoso bocadillo. Un poco de ketchup, mostaza, pepinillos... cada uno lo que más le guste, y ya tenemos nuestro perrito caliente de gusanos listo para disfrutar.

   O también podemos servirlos bien calentitos en una fuente, están para chuparse los dedos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Huesitos y telarañas para Halloween


   El año pasado preparamos unas cuantas recetas de Halloween, y tuvieron mucho éxito. 

   Todo surgió a partir de un acuerdo con las chicas de Party Fiesta Vizcaya (Centros Comerciales Max Center en Barakaldo y Zubiarte, en Bilbao). Me propusieron preparar unas cuantas recetas divertidas para dar ideas para las fiestas de Halloween, y me puse manos a la obra. Parece ser que la iniciativa gustó mucho y este año me han pedido que me vuelva a animar.

   Así que durante los próximos días en vez de las recetas normales, el blog se va a llenar de huesos, arañas, gusanos y zombies. ¿Os apuntáis a una merienda monstruosa?

   Vamos a empezar con unos dulces muy fáciles de preparar, que pueden servir para postre, junto a unos dedos de bruja, o para decorar platos, postres, cupcakes, etc.

jueves, 4 de octubre de 2012

Lasaña de calabaza bolognesa



   Alguna vez os he contado la historia de Austria y los productos de temporada. Es... como debería ser en todas partes. Evidentemente, vivimos en un mundo globalizado, y aquí y en la China, hay tomates todo el año. Pero no pasa lo mismo con otros productos. Por ejemplo, con las calabazas.

   Llevábamos meses sin verlas y de pronto... están por todas partes. De todas las formas y colores, Verdes, naranjas, amarillas, grandes, pequeñas, retorcidas...

   Y a mi me han llegado con una especie de obsesión. Quiero probarlas todas. Quiero experimentar, y las compro a pares antes incluso de saber para qué voy a usarlas. ¿Os he contado que cuando llegamos aquí hace dos años, como faltaba tan poquito para Halloween, y había tantas variedades distintas, tuve que esperar a que pasara la fiesta porque no estaba segura de que todas se pudiesen comer?

   Mi obsesión me ha llevado a un par de fracasos cocineriles, como un curry con yogurt que era de lo más raro, y una calabaza-espagueti que era una especie de cabello de ángel que acabó siendo, junto con un montón de cosas más, un relleno bastante aparente para canelones. 

   Pero también estoy encontrando algunas recetas bien ricas como la calabaza con Gorgonzola y nueces que publiqué en I Love Tapas o esta lasaña de calabaza bolognesa que os propongo hoy. Las dos recetas están hechas con calabaza butternuss (ni idea de cómo se llama en castellano) que me encanta. Se hace muy rápido, es dulce y tiene una textura harinosa, como de patata que se deshace en la boca, que me tiene loca. Pero se pueden hacer con cualquier tipo de calabaza que encontréis o que os guste.

!Vivan los productos de temporada!

Ingredientes:
   - 1 cebolla grande
   - 1 diente de ajo
   - 1 zanahoria
   - 500g de calabaza (pesados sin piel ni pipas)
   - 500g de carne picada de ternera
   - 1/2 vaso de vino blanco
   - 900g de salsa de tomate o tomate triturado
   - 1/2 cucharadita de jengibre en polvo
   - 1/2 cucharadita de pimentón
   - Láminas de lasaña (yo uso marca Barilla, sin cocción previa)
   - Harina y leche para la bechamel
   - Queso rallado
   - Sal, aceite de oliva, pimienta

Cómo preparar la lasaña de calabaza bolognesa: 
   Picamos la cebolla en trozos pequeños. Lavamos y pelamos la zanahoria y la picamos también. Ponemos las dos cosas a pochar en una cazuela con una pizca de sal y un chorrito de aceite. Tapamos y cocinamos a fuego suave, removiendo de vez en cuando.

   De mientras pelamos y troceamos la calabaza, en dados de 1cm o más pequeños. Cuando la cebolla empiece a transparentar, añadimos el ajo machacado o muy picado y la calabaza a la cazuela junto a un poco más de sal y seguimos cocinando unos 10 minutos.

   Vamos precalentando el horno a 220°.

   Incorporamos la carne desmenuzada, las especias y un poco más de sal y pimienta y subimos un poco el fuego. Vamos removiendo hasta que la carne empiece a cambiar de color. Entonces añadimos el vino blanco, y dejamos reducir un minuto.

   Incorporamos el tomate (reservando un vaso para más tarde) y cocemos un par de minutos más. Probamos y rectificamos de sal. Dependiendo el tomate que usemos, puede que haga falta añadir un poco de azúcar, para quitarle acidez. Yo uso un tomate triturado ecológico que está buenísimo y nada ácido y no necesito ponerle nada. 

   Por otro lado hacemos la bechamel. Yo, por hacer la lasaña más ligera, no le pongo más que una capa de bechamel por encima del todo, y está buenísima tal cual. Si es una lasaña sin remordimientos, o queréis luciros, una capita de bechamel en cada capa de lasaña será mucho más jugoso siempre. En mi caso, 1 cucharada y media de harina en un poco de aceite caliente, y removemos hasta que se tueste unos minutos. Vamos añadiendo leche sin parar de remover, esperando siempre a que se incorpore antes de añadir más.

   Cuando tengamos una bechamel ligera, salpimentamos y mezclamos con medio vaso de tomate del que teníamos reservado.

   Ha llegado el momento de montar la lasaña. Si utilizáis láminas normales, que necesitan cocción, seguid las instrucciones del paquete. Yo os cuento cómo lo he hecho yo con las que no necesitan cocerse primero. 

   Ponemos el resto del tomate en el fondo de la fuente y extendemos bien. Colocamos láminas de lasaña cubriendo todo el fondo, y encima una buena capa de relleno. Ahora podríamos cubrir con bechamel si queremos, yo no lo hago, creo que no le hace falta. 

   Repetimos con pasta y relleno (y bechamel si queremos) hasta 3 o 4 capas, terminando con láminas de pasta. Cubrimos con la bechamel y por encima con una buena cantidad de queso rallado.

   Cocinamos a 220° unos 20-25 minutos, hasta que el queso esté bien dorado.

   Y a disfrutar...

jueves, 27 de septiembre de 2012

Cerdo agridulce, receta china por una buena causa



   Hoy os traigo una receta con buena causa. Maite, del blog Hierbas y Especias, es una agitadora de conciencias. Y hace unos meses propuso publicar una receta con plátano o piña, para hacer llegar a todos los rincones que podamos un poco de conciencia acerca de los problemas que en los países pobres crea el cultivo de estas frutas. O más bien la falta de regulación en el mismo. 

   Yo puedo contarlo, pero ella lo hace mejor.  Si queréis saber por el descontrol de los gobiernos sobre estas frutas, la falta de normativas, la explotación de los trabajadores, el uso de pesticidas, etc. es un problema tan grande, tienes que leer su post. Aquí os dejo un trocito:

Los bananos son la fruta más popular del mundo. Mueve imperios económicos y se cultiva en los países donde hay mayor concentración de pobreza de todo el planeta. La pobreza no existe por falta de recursos naturales o por que la gente no desee trabajarlos. Existe porque no hay decencia, pero esto ya lo sabíamos, ¿verdad? 
   Cuando estuve escribiendo para el blog de Mumumío aprendí muchísimo sobre productos ecológicos, comercio justo... y uno de los problemas que descubrí es el que rodea el cultivo de la piña en muchos países latinoamericanos. Es un problema muy grande que afecta a miles de personas y que desde casa, como siempre, podemos hacer muy poquito. Yo me conformé con contarlo a mis conocidos, fijarme mucho en lo que compro en casa, intentar poner mi granito de arena, siempre a pequeña escala.


   Pero Maite tiene razón. Tengo un blog, tengo voz. Y aunque aún no me lo crea, sois muchos los que me leéis. Por el blog, por Facebook, en Twitter. Puedo hacer algo, y es que todos conozcáis este tema. Que visitéis Frutas Justas! (no, no venden fruta, echadle un ojo) y que si os interesa el tema, os informéis y también pongáis vuestro granito de arena. 

   Como mínimo, Maite nos propone unas sencillas pautas que todos podemos meditar y poner en práctica:

     · Consume local...compra más en fruterías y pequeños establecimientos evitando las grandes cadenas que están hundiendo los precios en origen.   

     · Cuando tu bolsillo te lo permita, compra productos de precio justo... si no puedes siempre, ayuda de vez en cuando con pequeñas compras.   

     · Piensa que ciertos productos bio no son ni mejores ni peores para tu salud pero sí lo son para quienes los trabajan.   

     · Si los gobiernos y organizaciones internacionales no miran por el bienestar de la personas, hazlo tú... no los condenes al olvido.   

     · Deseo una vida más justa y más sana, como la mía... ojalá algún día, todo el mundo tenga lo que yo tengo.... ni más ni menos.


   No quería dejar de participar y lanzar este mensaje. Pero después de todo el verano, llego yo a última hora, y encima con una receta que ella ha publicado muy parecida. Pero tras un par de intentos fallidos y un parón imaginativo impresionante, he corrido a hacer esta receta que tenía pendiente desde hace mucho.

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   En febrero del año pasado, coincidiendo con el año nuevo chino, decidí darme un capricho. Y me compré dos boles con palillos preciosos. Entonces corrí a la librería: necesitaba un libro de cocina china. Y encontré uno que me enamoró. Sus fotografías, sus paso a paso tan explicados, todas esas recetas con tan buena pinta... y además los ingredientes adaptados a lo que normalmente tenemos en casa. Iréis viendo más recetas por aquí porque tiene muchas buenísimas. 

   Esta receta de cerdo agridulce está espectacular. No puedo decir que mucho menos artificial que la del chino, no hay más que mirar la lista de ingredientes, pero sí mucho más rica. Además, he hecho trampa. En vez de lomo he utilizado solomillo de cerdo. Me daba la impresión de que el lomo se iba a resecar al freírlo y ha sido todo un acierto. Queda jugoso y con un sabor estupendo.


   No me enrollo mucho más. Solo deciros que hace mucho que el pinche no se pasaba la cena diciendo "pero que bueno te salido, pero es que está rico, rico..." Si confiáis en su criterio... tenéis que probarlo. La salsa está riquísima y la carne es de verdad, no como esas bolas de grasa y rebozado que en mucho chinos llaman cerdo agridulce.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Pizza de higos, jamón y queso brie


   Hay que ver que ganas tenía de comer pizza. Así que el viernes pasado nos pusimos manos a la obra. Que fácil y que rico es hacer pizza casera. 

   Además había comprado unos higos que a pesar de su buena pinta no tienen mucho sabor, así que los estoy utilizando para cocinar. En ensalada están buenísimos, también con jamón y queso parmesano. Vaya trío: higos, queso y jamón. Que bien combinan. El otro día estaba pensando esto mismo y me venía a la cabeza eso de "higos y queso... saben a beso". ¿O no era así?

   Y es que no me da nada de pereza la fruta en los platos salados. Lo mismo te echo nectarina a la ensalada, que piña al pollo, que limón a las lentejas. Que higos a la pizza... 

   Que me enrollo. Y la receta de hoy no da para enrollarse mucho. Como siempre, hicimos la masa casera con la receta de masa de pizza. La sigo haciendo igual, sólo que sin harina de fuerza si no tengo, y con la diferencia que ahora consigo que me quede redonda, sobretodo cuando intento hacerla cuadrada... Y también como siempre, la hicimos de dos sabores, mitad y mitad. La que no veis en la foto era de 4 quesos, una de nuestras preferidas.

   A mi pinche también le encantó y eso que no le llamaba mucho la atención en un principio, no es muy amante de los higos. Así que tenéis que probarla, está riquísima.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Ensalada de alubias con nectarina



   Después de un largo tiempo desaparecida, vuelvo con una receta muy fácil y rápida de preparar. Y es que a esto me he dedicado este tiempo (aparte de a disfrutar de las vacaciones y del verano, claro): a casi no pisar la cocina. Una mezcla de pereza, falta de ganas, falta de imaginación, y un par de desastres gastronómicos han hecho que nada de recetas nuevas y mucho menos cosas dignas de publicar en el blog.

   Pero en casa comemos y cenamos todos los días, claro. Una cosa no está reñida con la otra. Y uno de los platos que he preparado más de una vez para llevar en el tupper al trabajo, es esta ensalada de alubias.

   Las ensaladas de legumbres me gustan mucho. Además de sanas, son socorridas, están estupendas de un día para otro, y si las haces con legumbres de bote, en menos de 10 minutos está la comida para el día siguiente preparada. Perfecto para el verano. Y para cualquier época del año, claro, pero es que también soy muy de cuchara, y en invierno las alubias las prefiero bien calentitas... 

   Desde hace un tiempo me gusta ponerle además un toque dulce. Una fruta, como mango o en este caso nectarinas, aprovechando el final de la temporada. O incluso calabaza salteada le va estupendamente. 

   El resto de ingredientes, al gusto. O al fondo de nevera, que ha sido la pauta fundamental en mi cocina este verano. 

   Hace muchos años, cuando en mi casa empezamos a comer ensalada de alubias, ésta consistía básicamente en alubias cocidas y una vinagreta de pepinillo, pimiento y cebolleta. Poco más. Hace unos días me acordé de aquellas ensaladas y lo integré todo en esta receta, con un poco de miedo más que nada por el pinche, que no es muy amigo de los encurtidos, y por la mezcla de sabores, que no tenía muy claro qué tal funcionaría.

   Pero fue todo un éxito y hoy la repito. Uno, para comerla, que está riquísima. Que además sigo sin muchas ganas de cocinar. Y dos, para contárosla, que os tengo muy abandonados y así no se puede. 

   Tan sólo un par de notas más. A esta ensalada podríamos añadirle también un poco de queso feta. Me encanta en todo tipo de ensaladas pero esta vez no le he puesto, estoy desintoxicándome... También podemos sustituir el atún por huevo duro, o poner ambos. Las alubias valen de bote perfectamente. Estas que uso yo me gustan porque son muy chiquitinas y vienen muy enteras, no se deshacen al mezclarlas con el resto de ingredientes. El truco es encontrar una marca que os guste, id probando. 

   ¡Marchando un tupper de ensalada de alubias!

miércoles, 1 de agosto de 2012

Marillenkuchen. Pastel de albaricoques austriaco



   Los albaricoques nunca han sido una fruta que me guste demasiado. Claro que seguro que tiene que ver que comparten temporada con los melocotones, las nectarinas, los paraguayos... así los pobres están eclipsados. Pero de todas formas siempre me han parecido demasiado dulces y aburridos, harinosos, nada refrescantes, con poco sabor... no, no es mi fruta preferida.

   Pero aquí en Austria es distinto. Podría casi decirse que los albaricoques son la fruta nacional. Llega la temporada y atiborran los mercados, las pastelerías, los postres caseros... El mercado al que voy los sábados tiene puestos exclusivamente de albaricoques, de Marillen. Los clasifican por zonas, por dulzura...


   Los albaricoques austriacos son más grandes y más naranjas que los que estamos acostumbrados a encontrar en España. más carnosos y menos harinosos, muy ricos la verdad. 

   Así que como homenaje a la fruta de temporada, y para compensar tanta receta verde que os traigo siempre, hoy os he preparado un Marillenkuchen, un pastel de albaricoques. Es un bizcocho horneado con la fruta por encima. Sosito pero dulzón, los albaricoques asados le dan una jugosidad y una acidez increíble.


   Como siempre que quiero hacer una receta austriaca, me paso a ver que cuenta mi amiga Maite. Efectivamente, allí estaba su flamante Marillenkuchen. Ella tiene mucha mano y mucha experiencia, y lo tiene perfecto, tuneado a su gusto, con una pinta riquísima. Pero hoy he querido traeros la receta tradicional, la que se encuentra igual por todas partes, la austriaca de verdad.


   Como bien dice Mai, la repostería austriaca, aunque os venga a la cabeza la tarta Sacher, es en realidad muy rústica, muy de granja. Nada de chocolate, que de eso no había. Fruta, frutos secos, semillas de amapola, huevos, harina, leche...





   Yo como siempre que hago dulces, he hecho la mitad de la receta y se ha quedado muy bajita para mi molde, pero no importa. Os pongo las medidas que he usado para un molde de 20 x 25. La próxima vez, para el mismo molde, pondré un 50% más de masa. 

   Os dejo con el bizcocho del verano. ¡Disfrutadlo que enseguida vuelvo a dar guerra con las ensaladas!

miércoles, 25 de julio de 2012

Col china salteada con salsa de soja y tomate


   Estoy harta de que me gusten las recetas verdes y poco apetitosas. Blogs preciosos llenos de helados, tartas de colores, postres cremosos... y yo venga una y otra vez que si la col, que si el pak-choi... 

   Espero que aunque la foto no es muy apetecible, si os digo que es un primer plato o guarnición riquísimo, barato y además ligero, se os cambie la cara y os animéis a probarlo. 

   Una receta de esas que surge del "no tengo nada en la nevera más que esta col triste..." pero que se queda en la cocina y pasa a formar parte del menú de tupper semanal. La he probado ya en distintas versiones, con varios tipos de col, intentando añadir más ingredientes. Pero como más rica queda es tal cual la hice la primera vez. Con col china, que tiene un gusto muy especial. La salsa de soja y el tomate la complementan y el sabor nos tiene enganchados. Un regustillo como a ahumado que no se de dónde sale, me encanta.

   Acompañado de salchichas está tremendo. Y es que no se que tienen la col y las salchichas que casan tan bien. La lombarda y las frankfurt, la sopa de col con salchichas, las salchichas y el chucrut... Pero es verano, y toca bajar los excesos del fin de semana, así que lo veis con pechuga de pollo. Pero hacedme caso y probar con salchichas, por ejemplo con unas Bratwurst está buenísimo.

   Y vale, prometo receta dulce y colorida dentro de poco...

jueves, 19 de julio de 2012

Rollitos vietnamitas


   No se si a vosotros os ha pasado que cuando empezaron a aparecer en todos los supermercados un montón de productos asiáticos hasta entonces difíciles de encontrar, os lanzasteis como locos a comprar obleas de arroz pensando en los maravillosos rollitos de primavera que ibais a hacer...

   A mi si. Y por aquel entonces os contaba en el blog tanto los éxitos como los fracasos... así que hay evidencias del desastre. Después de aquello, las maravillosas obleas de arroz quedaron en el fondo del armario... Alguna vez las utilicé para hacer rollitos de verduras al dente, cocidos al vapor. Muy ricos, pero nada que ver con los famosos rollitos vietnamitas ni con los de primavera, claro.

   Pero hace cosa de un año descubrí en el blog de Pepe Kitchen cómo hacer rollitos vietnamitas. De los de verdad. De los chiquititos, de los que se hinchan y se sirven con una hoja de menta... ¿No se os hace la boca agua? Desde luego la forma de prepararlos no tenía absolutamente nada que ver con cómo los había hecho yo: el truco, humedecer las obleas con yema de huevo. ¿A que nunca lo habríais imaginado?


   Éxito rotundo. Desde entonces, aunque no es un plato que prepare muy a menudo, sí que es una receta de esas que sabes que no falla. Con el relleno original, tal y como hace Pepe (que para algo su receta es de sus clases de cocina vietnamita, que tienen que ser una pasada) o con una variante más adaptada a los gustos de casa, como es el caso. O con lo que tengas por la nevera. Lo mismo con la salsa. Yo la hago con los ingredientes que siempre tengo en casa, algún día compraré la salsa de pescado para hacerla bien, pero con mi versión están muy buenos también. 

   Hacer los rollitos es un poco latoso y se mancha bastante, pero no es nada complicado y una vez le coges el truco es muy fácil y se hacen en un momento, me recuerda a cuando hago gyozas. Yo siempre hago pocos y luego pienso que podía haberme metido en faena de verdad... 

   Con los ingredientes de esta receta a mi me salen unos 10 rollitos, y eso que los lleno bastante. Las obleas se pueden comprar en cualquier tienda de productos asiáticos (o en grandes superficies), pueden ser redondas o cuadradas. 

miércoles, 4 de julio de 2012

Patissons o calabacitas rellenos de carne y verduras


   Tengo en casa un libro de recetas de calabaza que me encanta. Ya he preparado unas cuantas recetas de él, como el risotto de calabaza, el chutney de calabaza o la calabaza rellena de carne y arroz. Pero sin duda una de las cosas que más me llamó la atención del libro fue la cantidad de calabazas distintas que existen ¿Cuántas conocéis vosotros? Yo antes, las largas con las que en mi casa se hace la purrusalda, y las que se ven en las películas para Halloween. Pero hay muchísimas, que estoy descubriendo poco a poco

   Una de las variedades más curiosas que vi en el libro, los patissons. Pero hasta ahora no los había visto más que en foto. No veáis la sorpresa que me llevé el otro día en el mercado cuando me los encontré. No compré más que cinco (bueno, le pedí cuatro pero la mujer me regaló uno más) porque ni me acordaba de cómo se podían preparar. Pero sin duda la próxima vez voy a comprar más, nos han gustado mucho.

   He estado investigando un poco, pero no he encontrado mucha información, y desde luego, ningún nombre más que en alemán. ¿Alguien que los conozca y nos ayude? Aquí se conocen también como Kaisermützen (sombreros del emperador) y UFO's (¿por qué será?). Una mezcla entre calabaza y calabacín, las variedades más grandes (que se llaman también Calabaza Peter Pan), tienen semillas grandes y piel gruesa y unos 15cm de diámetro y las más pequeñas, como estas de la foto, tienen el tamaño de una mandarina, color amarillo blanco o verde y se pueden cocinar igual que los calabacines. Y de echo saben muy similar. 


   El libro proponía dos recetas. En una de ella eran patissons más pequeños que salteaba y aliñaba. La otra, rellenos. Así que a rellenar se ha dicho. Se pueden rellenar de cualquier cosa, con los calabacines pega todo, como por ejemplo de salmón, gambas y ricotta o de champiñones. Yo los hice con carne y verduras, y le puse por encima una bechamel de queso azul. Mi pinche dice que tenían que haber llevado el queso también en el relleno, y no es una mala idea...

   Con el relleno que hice puede dar perfectamente para 10 patissons, porque cabe muy poco. Pero si sobra relleno no es problema, lo podemos poner en una fuente pequeña y gratinar a la vez que los calabacines. Para el tupper del día siguiente, ¡o por si alguien se queda con hambre!

jueves, 28 de junio de 2012

Mini tortillitas de calabacín al dente


   Hoy os presento una de las recetas menos fotogénicas de la historia. En casa hacemos un montón de veces estas mini tortillitas de calabacín, pero nunca llego a sacarles fotos, porque aunque están buenísimas, el aspecto no es nada fotogénico.

   Pero de hoy no pasa. Una vez más las estaba preparando y he pensado que tenía que compartir la receta. Acompañadas de un poco de ensalada, o de un gazpacho como hoy, son una cena ligera y sana, buenísima. Además, como pasa con la mayoría de las tortillas, se pueden comer frías o templadas y están también buenísimas.

   Aviso para cocinillas: en casa nos gustan las verduras de cualquier forma, a poder ser poco hechas. Por eso nos encantan estas tortillitas: el calabacín se queda casi crudo. Le da una jugosidad tremenda a la tortilla, como si llevara queso sin llevarlo, pero está casi crudo. Y se nota. Y me encanta.

   Las cantidades las hago un poco a ojo. La idea es que quede una proporción como cuando hacemos tortilla de patata, con más patata que huevo. En este caso más calabacín que huevo. En las fotos se ve más líquida de lo que me suele quedar. Pero no pasa nada tampoco. Cuando al ir friendo, al final nos quede casi todo huevo, lo podemos hacer a modo de tortilla francesa y queda riquísimo también.

   El jamón york es opcional, pero le da un sabor muy rico y hace un plato más completo, o eso creo. Yo lo hago por el sabor, pero se puede prescindir de él sin problema.

martes, 26 de junio de 2012

Fresquito inmediato: agua de menta y limón


   Hoy no toca receta. Toca un truco o una idea. Porque tengo calor. Y porque ayer fui al mercado y compré menta para una receta y la tendera me dio tres manojos porque se le estaban poniendo pochos. 

   Y uno: aquí no se tira nada. Y dos: me acordé de este truco para que el agua sea mucho más refrescante...

   ¿Limonada? no, no lleva azúcar. Aunque podemos echarle un poco y tendríamos un refresco casero estupendo. Pero la idea de hoy es darle un toque especial al agua para que sea más especial, refresque más... ¡y cero calorías!

   En la botella o jarra de agua, ponemos una ramita de menta y un chorrito de limón. Lo justo para que no sea ácido sino refrescante. ¡Fresquito inmediato!

   Ideal para tener listo en cualquier momento en la nevera, para sacar a la hora de la comida, para beber mientras escribes este post...

   Y cuando se acaba, se vuelve a rellenar con agua (y limón o sin limón) y la menta se mantiene fresca y soltando su aroma para más de una vez.

   Como hemos dicho, también se puede añadir más limón y un par de cucharas de azúcar y tendremos una limonada casera muy sana, con un toque de menta. Con mucho hielo... puro vicio. Pero para comer a mi no me gustan las bebidas dulces. Y de esta manera queda agua con un sabor muy rico y refrescante. 


   Pronto habrá más recetas, pero mientras tanto... ¡Disfrutad del verano!


  

jueves, 21 de junio de 2012

Vasitos crujientes de ensalada de rúcula con vinagreta de frutos rojos


   Ya estoy otra vez aquí, con una ensalada. Hemos arrancado la temporada, y es que a Linz han llegado también los calores. Además, cuando me enteré del #Diadelaensalada, al pensar alguna original para poder participar, se me ocurrieron estos vasitos crujientes de ensalada de rúcula con vinagreta de frutos rojos.

   Al final no pude encontrar los ingredientes, así que preparé una Erdäpfelsalat o ensalada de patata austriaca, que tenía muchas ganas de enseñaros. Pero claro, tenía la idea de los vasitos rondando por la cabeza y estaba deseando hacerlos. Además, el fin de semana compré pasta filo para hacer unos triángulos de feta y cilantro y me sobró... o tal vez hice que me sobrara, para tener escusa para estos vasitos...

   La idea inicial era preparar esta receta con frambuesas y espinacas. Pero vi unas grosellas fantásticas llamándome a gritos, y no pude resistirme. Si preferís hacerlo con frambuesas, que son más fáciles de encontrar, o con fresas, quedará genial también. Las hojas también al gusto: rúcula, espinacas, acelgas baby, canónigos... 

   Los vasitos son muy fáciles de hacer. Tan sólo hay que tener cuidado de que no se quemen y son una idea estupenda para presentar ensaladas, postres... (bajad hasta abajo del todo si queréis ver lo que hice con uno que me sobró). La verdad es que la pasta philo o filo se maneja estupendamente y da mucho juego. 

   Y la ensalada me ha encantado, tanto de sabor como de aspecto. ¿No os parece que quedaría genial en una comida de Navidad? Esas bolas rojas sobre fondo verde me han parecido preciosas. Espero que os guste tanto como a mi.

viernes, 15 de junio de 2012

Champiñones rellenos de Crème fraîche a las finas hierbas


   No os podéis hacer a la idea de lo fácil y rica que es la receta que os traigo hoy. En realidad no es casi ni receta... Mezclar y rellenar, 10 minutos. hornear, 20 minutos. En el plato no duran ni 5...

   Estos champiñones rellenos de Crème fraîche sólo tienen un problema, y es que no se pueden parar de comer...

   La receta es de Fabien (bueno, en realidad de su madre), siempre los preparaba cuando íbamos a su casa. Yo no lo hago porque al pinche no le gustan los champiñones. Pero es que son fantásticos para tenerlos listos y meterlos al horno cuando aparecen los invitados. O cuando empieza el partido, o cuando te da la gana, ¡que vicio!

   La Crème fraîche (crema fresca en francés) es un lácteo típico de la cocina francesa. Denso, con un 35% de materia grasa, es un poco ácido, como el yogurt (pero muchísimo más denso). Debe ser porque como en éste, las bacterias Lactobacillus son las encargadas de cortar la leche y hacer la crema fresca. Aunque es parecida a la crema agria, que también podemos encontrar en las tiendas, no es lo mismo, y tienen distintos usos. Hoy en día es fácil encontrar Crème fraîche en los supermercados grandes.

   Los champiñones lo ideal es que sean de tamaño uniforme y no muy grandes, mucho mejor si son de bocado. Y para dar sabor, las hierbas o especias que más os gusten. Yo he utilizado hierbas provenzales, un poco de tomillo y una pizca de pimienta. Al gusto.

   Mientras preparaba los champis, me ha venido mucha gente a la cabeza. Primero, Fabien, que ahora está en India, y se le echa de menos...

   Y en mi hermana y en Ana y Jorge. No se por qué, pero me da que les va a gustar mucho. A Elena, porque sí, por el sabor. A Ana y Jorge, por lo fácil que es preparar un aperitivo aparente, de esos que les gustan...

   ¿Todavía no habéis salido corriendo a comprar para prepararlos este fin de semana?

miércoles, 6 de junio de 2012

Erdäpfelsalat, o ensalada de patata austriaca


   ¿Un mes sin publicar y ahora dos recetas en un día? Sí. Y es que ayer me dijeron que hoy era el #Díadelaensalada. ¡Pero si soy una ensaladaadicta! ¿Como no apuntarme? 

   La mayoría de ensaladas que hacemos en casa no las publico. Son básicamente todo lo que aparece en la nevera, cada día con un aliño distinto. Si, y es que a no ser que haga mucho frío y nos pasemos a la sopa, en casa casi cada noche hay un plato de ensalada acompañando a la cena.

   Así que aquí está mi contribución al #Diadelaensalada. Esta ensalada de patata austriaca es todo un vicio. La verdad es que he intentado alguna vez prepararla en casa. Pero al no tener mucho éxito logrando el sabor auténtico, había dejado de intentarlo. En un supermercado la venden hecha por ellos a diario (se supone) al peso, barata y riquísima, así que ni me molesto. Si nos apetece Kartoffelsalat, vamos al Merkur. Pero parece que por fin he encontrado una receta con la que sale muy rica, aunque sigue sin ser como las que encuentro fuera de casa...

   Kartoffelsalat en alemán, Erdäpfelsalat en austriaco. Que parece lo mismo pero no lo es... Y la ensalada de patata alemana no tiene nada que ver con esta. Aunque aquí también se llama a esta ensalada Kartoffelsalat, pero en Alemania el revés no... ¿me entendéis? Bueno, pues probadla. Que el resto no importa...

   Me puedo comer un kilo yo sola, pero lo normal es que la sirvan en un pequeño cuenco acompañando al plato principal. Más popular que las patatas fritas, todo lo acompañan con esta ensalada.

   Así que esta vez sin hojitas de lechuga... ¡Feliz #Diadelaensalada!  (¡No dejéis de pasar por el blog de @comoju para ver el recopilatorio de todos los que hemos participado!)

Pasta al pesto rosso o pesto di pomodoro


   Si os gusta el intenso sabor de los tomates secos, os va a encantar esta pasta. Con un sabor fuerte, un toque picantito, que no puedes parar e comer...

   Como siempre, esta es mi versión, de la pasta al pesto rosso o pesto di pomodoro. Pesto de tomates secos. Perfecto para untar en pan, como aperitivo. O para servir con un plato de pasta poco fotogénica pero que te hace quedarte con ganas de repetir pronto...

   Me acostumbré a encontrar tomates secos en Madrid en cualquier supermercado y una vez quise comprarlos en Bilbao y mi madre mi miraba como si estuviera loca. Lo peor es que en todas partes me ponían cara rara, y tuve que acabar comprándolos al peso en el Corte Inglés... ¿Vosotros los encontráis fácil?

   Aquí en Austria, con la influencia de la cocina italiana se ven en todas partes y siempre tengo en casa. Para preparar un pesto, para cortarlos en tiritas y añadirlos desde a pizzas a ensaladas, para alegrar un guiso... 

   En algún lugar leí que para aliñar la pasta con pesto rosso, este se podía mezclar con ricotta. Es así como suelo hacerlo, pero si no tenéis se puede mezclar con requesón o algún queso tipo crema. Yo lo he llegado a hacer hasta con nata. Es igualmente adictivo. Otra opción es añadirle más cantidad de aceite, pero a mi me gusta más con el queso. ¡Animaos a probarlo!

martes, 29 de mayo de 2012

Berenjena con pollo al curry


   Lo primero pedir disculpas por haber tenido esto tan abandonado. La mudanza, la búsqueda de piso y los comienzos en Linz nos han llevado más tiempo y trabajo del esperado, y por si fuera poco, la conexión a Internet ha sido limitada. Pero ya estoy de vuelta. No prometo un ritmo frenético de publicaciones, pero bueno, a ver si puedo ir mostrándoos algunas recetas que hemos hecho últimamente.

   Ya estoy adaptada al ritmo austriaco. Comer a las 12, cenar pronto y que luego siga la tarde... vale. Realmente a las 12 de la mañana creo que podría comerme un caballo, y más ahora que ya me he habituado. Pero a lo que no me hago es al tipo de comida que comen mis compañeros. Cuando no bajan al menú del día, con sopa y plato bien contundente, todos todos los días comen de forma invariable distintas combinaciones de pan, tomate, queso, embutido y Aufstrich (pastas untables a base de queso). A veces en un alarde de originalidad, añaden pepino o pimiento. Pero cada uno de ellos cambia como mucho 1 ingrediente nuevo a lo largo de su menú semanal...

   Perdónenme, yo me llevo mi tupper. Pisto, pasta, albóndigas, arroz, verduras... o berenjena y pollo al curry. Buenísimo con un poco de arroz. Nacida de una improvisación, esta receta se queda en casa.

   No le llamo curry de berenjenas porque no me he basado en ninguna receta, porque no es caldoso, ni lleva leche ni crema... pensé echarle un poco de nata al final, pero se me olvidó. Y la verdad es que no lo eché de menos. Y mira, así más ligero, que siempre viene bien.

   Os dejo con la receta, espero que os guste tanto como a nosotros.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Canelones ligeros de espinacas y queso de cabra



   Estamos en plena operación de vaciado de despensa y congelador antes de la mudanza. Y la verdad es que nos estamos poniendo las botas. En este caso ha sido el turno de las espinacas y la pasta fresca para lasaña que me traje de Italia.

   Si, después de preparar la lasaña de carne, tomate y ricotta, congelé lo que me sobraba en dos paquetes de 4 láminas cada uno. He tenido cuidado de que siempre estuviera el paquete plano y cuidado… aunque no sabía si resultaría la pasta congelada. Pues si. Dejamos descongelar suave, y cocemos de la forma normal. Queda perfecta. 

   Si no tenéis láminas de pasta fresca, estos canelones se pueden preparar con láminas de lasaña o canelones normales. De echo mi pinche ya me ha dicho que va a ir a comprarlos porque esta receta la vamos a hacer muchas veces en casa. 

   Y es que le han encantado estos canelones. Se pueden hacer con mucha más bechamel, para que el sabor sea mucho más suave y cremoso. Pero que vamos a hacerle si en casa nos gustan las verduras. Le hemos puesto la salsa justa para que el relleno ligue y para que se pueda gratinar. Y para mí es suficiente. Y además más ligero…

Ingredientes, para 2 personas:
-          4 láminas grandes de pasta para lasaña, u 8 normales
-          200g de espinacas
-          1 puñadito de pasas
-          1 cebolla
-          1 cucharada de piñones
-          2 lonchas de jamón
-          1 trozo de queso de cabra de rulo
-          1 vaso de leche
-          1 cucharada de harina
-          Queso que funda como mozarella, y queso en polvo para gratinar (o el mismo para las dos cosas)
-          Sal, aceite de oliva, pimienta, nuez moscada

Cómo preparar los canelones ligeros de espinacas y queso de cabra:

   Picamos la cebolla en trozos pequeños y la ponemos a pochar en una sartén grande con un poco de aceite y una pizca de sal. Ponemos a hidratar las pasas en agua tibia (o en ron o whisky, que se que os gusta…) y picamos en jamón en trocitos pequeños.

   Mientras, cocemos las espinacas unos 10 minutos en agua hirviendo con sal (mucho menos tiempo si son frescas).

   Cocemos la pasta. En mi caso, al ser pasta fresca, la intruducimos en agua hirviendo un minuto, y luego unos segundos en agua fría. Para pasta seca, seguir las instrucciones del fabricante. La salsa que vamos a usar es muy seca y lleva poco tiempo de horno, así que no podemos usar placas precocidas. O sí, pero habrá que cocerlas un poco para que queden tiernas, además de para poder moldear los canelones.

   Cuando las espinacas estén hechas, las escurrimos en un colador apretando muy bien con una cuchara, para que suelten todo el agua. No hay cosa que me guste menos que unas espinacas hervidas y mal escurridas…

   Cuando la cebolla esté transparente, añadimos los piñones y las pasas y dejamos cocinar un par de minutos. Entonces incorporamos el jamón, y en cuanto cambie de color, las espinacas escurridas. Mezclamos bien y retiramos del fuego.

   Hacemos la bechamel. Para ello, tostamos la harina con un chorrito de aceite caliente durante unos minutos. Vamos añadiendo la leche poco a poco, revolviendo con las varillas hasta que se incorpore a la harina. Repetimos hasta tener una bechamel bastante líquida. Añadimos un poco de sal, pimienta y una pizca de nuez moscada y mezclamos bien.

   Si no os animáis a hacer la bechamel en casa, que no sea esto lo que os frene para no hacer esta receta. Podéis comprarla de bote. No tiene nada que ver, pero si es la manera que que os animéis a hacer canelones, adelante, no se lo diremos a nadie.


   Mezclamos la mitad de la bechamel con las espinacas. No tiene que quedar una mezcla blanca, si no lo justo para que sea una crema manejable para rellenar los canelones. Cortamos el queso de cabra en daditos, o lo desmenuzamos, y lo mezclamos con el relleno aún tibio para que se deshaga un poco.

   En el resto de la bechamel aún caliente disolvemos un poco de queso mozarella.

   Ponemos una buena cucharada de relleno en cada lámina de pasta y las vamos enrollando para formar los canelones. Los colocamos en una fuente de horno y ponemos la bechamel por encima. Espolvoreamos con queso rallado o en polvo. 

   Gratinamos lo justo para que se dore un poco el queso y a disfrutar.

martes, 17 de abril de 2012

Tosta de lacón con puré de patata y crujiente de pimentón


   Esta receta la tenía en mente desde hace mucho tiempo. Por una cosa o por otra no terminaba de ver el momento de prepararla, y cuando vinimos a Austria, al no poder encontrar lacón, quedó olvidada. Pero hace poco me acordé de ella y en la última escapada de mi pinche a casa le pedí que trajera un poco de lacón. La espera ha valido la pena, nos ha encantado. 

   Es un aperitivo un poco elaborado, pero muy fácil, además de barato. Una forma distinta de presentar el lacón a la gallega, que en casa solíamos hacer a veces: patatas cocidas en rodajas, lacón, y por encima un poco de pimentón y un hilo de aceite de oliva. Unos segundos de microondas para que se temple y a disfrutar.

   Pero la presentación de hoy merece mucho la pena. El crujiente de pimentón se lo vi preparar a Arguiñano hace años, aunque creo que lo utilizaba como picatostes para un puré. Entonces se me ocurrió la idea de este aperitivo, y aún no se porqué no lo he preparado antes. Con un poco de pulpo en vez de lacón tiene que estar buenísimo también.

   Pocas veces preparo puré de patata. Nunca ha sido santo de mi devoción. Pero este con aceite de oliva virgen extra está buenísimo. ¿De quien fue la idea de ponerle mantequilla al puré en vez de aceite? Con el saborcito del aceite está como para comerlo a cucharadas. Y tengo que confesar que aunque no he metido la cuchara, mientras esperaba a que se terminara de hornear el pan, sí que he metido el dedo más de una vez… 
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