martes, 16 de junio de 2015

Guisantes con jamón. Caldosos, a mi manera



   Aunque cada vez aprieta más el sol y no van apeteciendo tanto los platos de cuchara, en casa no apartamos los guisos en todo el año. Normal, ya que en Bilbao se puede vivir en un otoño perpetuo o primavera permanente, según el optimismo con que se mire, y aquí en Austria parecido... 

    Así que yo sigo con los platos tradicionales. Al menos en mi casa, los guisantes con jamón son un de esos platos de toda la vida, de los que alegran al volver a casa o al abrir el tupper al medio día. 

   ¿Sabíais que los guisantes son una legumbre, y no una verdura como mucha gente piensa? Son verdes, se consumen en fresco, se añaden a otros platos como si fuera una verdura más... pero en realidad son una legumbre. Es importante tenerlo en cuenta, tanto para no comerlos pensando que nos van a aportar las mismas calorías que si comieramos un plato de brócoli (como toda legumbre contienen una buena cantidad de hidratos) y también a la hora de planear un meú equilibrado: es importante comer legumbre a menudo, pero no sólo existen los garbanzos y las lentejas, ¡hay que acordarse también de los guisantes! 

   Mucha gente sólo prepara los guisantes como guarnición, o como ingrediente de otro plato. Pero la verdad es que como primero o plato único están buenísimos. En cada casa, una manera de prepararlos. A nosotros nos gustan caldosos, al pinche más secos. Os cuento cómo los preparo yo, y al final os doy una sugerencia si los preferís sin caldo.


   Como normalmente es un plato que llevamos de tupper a la oficina, le suelo poner el huevo cocido. Pero si son para comer en casa podéis sustituirlo por un huevo escalfado, a mi me gusta mucho más. 

   Una última sugerencia: Ahora que están de temporada los guisantes frescos, no dejéis la ocasión de prepararlos. Para hacer una gran cantidad es cierto que salen caros, pero como guarnición o para darse un capricho, están deliciososos. Nada que ver con los guisantes congelados...

martes, 26 de mayo de 2015

Tigres o croquetas de mejillón


   Si la semana pasada os traía la recetá básica de masa de croquetas, hoy vamos con un "ejemplo práctico". Siempre he querido escribir algo así, no me digáis que no suena pomposo...

   Tonterías aparte, los tigres son una de mis croquetas favoritas, y sin duda una de las tapas preferidas del pinche. Cierto que dan un poco de trabajo, como todas las croquetas, pero están buenísimos. A mi me gustan además con un toque picantito, como casi siempre preparo cualquier receta de mejillones, pero se puede hacer perfectamente sin añadir la pimienta cayena.

   Recuerdo que de pequeña no podía ver los mejillones ni en pintura, me parecían blandos y asquerosos. A día de hoy aún, aunque me encanta comerlos, si limpio muchos y los observo durante rato me siguen dando un poco de repelús. Pero están tan ricos que lo olvido rápido... Mi madre alguna vez preparaba tigres, con una receta similar a esta, y así si que me encantaban los mejillones. Es una croqueta que conserva todo el sabor del mejillón, pero que para los más aprensivos, está todo bien picadito y no se encuentra nada. 

   Están riqusímos. Si no que se lo pregunten a mis alumnos de las clases de cocina: ha sido una de las tapas que más a triufado sin duda. Aunque no sin anécdota... En la clase (y lo mismo cuando he pasado la receta a mis compis de oficina) no terminaban de entender el proceso de rellenar la cáscara del mejillón, empanar y freir. Me preguntaban "¿y luego cómo se come?". Y yo no entendía que yo no les había explicado que se rellena sólo media concha: ellos creían que se rellenaba, se volvían a unir las dos conchas del mejillón y se empanaba... ¡Nos llevó un buen rato entendernos! Ahora sí, una vez bien explicado, les encantaron y no quedó ni uno en la mesa...


   El relleno que yo preparo incluye un poco de cebolla, para dar más jugosidad, gambas y salsa de tomate. La combinación está buenísima. El único problema es que queda bastante poco firme. Como formaremos las croquetas dentro de la cascára (recordad: sólo una de las cáscaras, jajaja) no pasa nada, se mantienen muy bien. Si preferís no usar las conchas y formar croquetas normales, deberéis usar una bechamel muy firme, y mejor prescindir de la salsa de tomate. 

   Para hacer la bechamel, podéis seguir los pasos que detallo más abajo o si queréis un paso a paso más detallado podéis leer el post de la receta básica de croquetas

martes, 19 de mayo de 2015

Receta básica de croquetas. Croquetas paso a paso


   Hace unos días alguien me preguntó si no tenía una receta de croquetas en el blog. Y la verdad es que hasta ahora no me había ni siquiera planteado publicarla. Las razones son varias. Por un lado, no son el tipo de platos que suelo preparar: llevan más preparación, no me gustan mucho los fritos... por otro lado, no era algo que me saliera especialmente bien. 

   A veces la bechamel me salía a la primera, pero otras veces, sobretodo como tuviera prisa o quisiera que saliera especialmente bien, no había manera. Además las croquetas de mi madre, de mi abuela, o de la abuela del pinche son insuperables... ¿para qué hacerles competencia? 

   Pero para los cursos de cocina he tenido que hacer bastantes pruebas y experimentos y al final, además de cogerles el truco, he dado con la receta que para mi, siempre sale bien. Ahora siempre las preparo respetando las cantidades, (antes era a ojo) y siempre me salen perfectas. Y en los cursos han salido también siempre a la primera: así que tenía que compartirlo con vosotros... 

   El primer truco es no escatimar con aceite y/o mantequilla. Fromará una masa con la harina que además de dar más sabor, hará que no salgan grumos después. Segundo truco, ir añadiendo la leche poco a poco, por tandas, esperando a que la harina absorva la tanda anterior antes de añadir más. 

   Sobre los rellenos, por supuesto, el único límite es la imaginación. Desde restos como pollo asado, carne de cocido, verduras, etc. a clásicos como jamón york, queso y huevo, o jamón, pollo, atún, espinacas, bacalao, chipirones... la verdad es que no sabría quedarme con unas. Si el relleno que le pongamos tiene más líquido o lleva queso, trataremos de que la bechamel sea más sólida y consistente, para que sea más fácil formar las croquetas después. 

   A parte de eso, práctica, para lograr una masa suficientemente firme pero jugosa, y que no se deshaga al freir. Mejor empezar a practicar pasándonos de secas, que desesperar por no poder freir las croquetas. Un truco, cuando más fría la bechamel, más fácil resultará. 

   ¿Y vosotros? ¿Tenéis algun truco para que las croquetas salgan perfectas? ¿Y cuales son vuestras favoritas? 

martes, 5 de mayo de 2015

Gazpacho


   Una de las cosas que me he dado cuenta a la hora de preparar los cursos de cocina es de que hay un montón de recetas que preparamos muy a menudo en casa pero no tengo publicadas. Una de ellas, el gazpacho. Ahora que comienza a hacer bueno, y la temporada de tomates ya está aquí, no dejo escapar la oportunidad y ya lo he preparado un par de veces esta primavera. 

   He de reconocer que me gusta más el salmorejo que el gazpacho y por tanto lo hago más a manudo. Pero el gazpacho nos encanta también. Tan fresquito en verano, tenerlo en la nevera listo para tomar es un vicio. 

   Antes, tanto como para el gazpacho como para el salmorejo, pelaba los tomates escaldandolos en agua. Pero es un proceso que me da mucha pereza y además se mancha más. Ahora utilizo otra técnica, que me encanta: Los trituro directamente sin pelar, mejor si es en una batidora de vaso. Y luego lo paso por un colador con la malla algo gruesa. También vale un chino o un pasapurés. Además de ser mucho más rápido y cómodo, la crema queda finísima, es un gustazo para comerla con cuchara o beberla. 

   Otro truco que utilizo a menudo, si quiero tomar el gazpacho en el momento o enseguida, es añadir hielo en vez de agua. Con la batidora se tritura perfectamente con el resto del gazpacho, y si quedara algún trocito, se derrite en un momento. 

   Y poco más que decir sobre el gazpacho. Que no merece la pena comprar gazpacho de bric. Que no cuesta nada hacerlo, es barato (si los tomates están bien de precio), mucho más sano... Y bueno, que yo también pico y compro un bric de vez en cuando... que se que es muy práctico. Pero siempre que puedo casero. Dura un par de días en la nevera sin problemas. Ya no tenéis escusa.

miércoles, 29 de abril de 2015

Mermelada de tomate


   En casa no somos muy de mermeladas. Si por mermelada nos referimos a las tradicionales que se toman en tostadas en todas las casas: melocotón, fresa, ciruela... 

   Lo que si nos gustan son las mermeladas extrañas, por ejemplo de verduras, para acompañar normalmente a una tabla de quesos, o carne de pato... las probamos todas: calabaza, higos, berenjena... y si llevan algún extra, como mostaza, aún mejor. Pero la verdad es que cada bote nos dura meses abierto, comemos muy poquito. 

   Pero con la mermelada de tomate es otra cosa. Nos encanta. Siempre que vamos a España nos traemos unos botes, ya que aquí no la encontramos. Nos encanta para desayunar con una tostada de semillas y queso crema. 

   Así que ahora que los tomates empiezan a saber poco a poco a lo que deberían saber, y los precios van bajando (y aprovechando que nos hemos quedado sin reservas de mermelada...), no hay mejor escusa para hacerla en casa. A mi me gusta con menos azúcar que la proporción habitual en las mermeladas clásicas. Aquí indico un tercio del peso del tomate, pero podríamos incluso ponerle menos cantidad. O más, ¡depende del gusto de vuestra casa! Probadlo y me contáis. 

   Esta mermelada está buenísima para acompañar a cualquier tipo de queso, como el crema de untar, o unas tostas de queso de cabra ligeramente derretidas en el horno. Para chuparse los dedos...


martes, 21 de abril de 2015

Trinxat de col y patata. Receta catalana


   Hoy vengo con un plato muy poco veraniego, pero que he descubierto hace poco y nos ha encantado. 

   Hace mucho tiempo que tenía en la lista de pendientes preparar colcannon, un plato de origen irlandes a base de patata y col. Así que cuando la semana pasada recibí con la cesta de verduras una preciosa col verde rizada, me puse a rebuscar la receta. Y cuando la leí más a fondo me recordó a algo... yo había visto algo similar a El Comidista no hacía mucho... y efectivamente. Así es como encontré el trinxat. Una forma catalana de preparar la col que nos ha encantado. 

   Buscando y rebuscando, he descubierto que no soy la única en ver las similitudes entre el colcannon y el trinxat, mirad si no que rico plato prepararon en Mercado Calabajío... tengo que probarlo también. 

    Mi trinxat es un poco adaptado respecto a la elaboración tradicional. Tiene menos patata que lo que debería, por eso de bajar un poco la cantidad de hidratos. Y lo preparé con col verde rizada, pero se puede hacer con cualquier col. 

miércoles, 15 de abril de 2015

Champis picantes al ajillo


   Hay platos sencillísimos, rápidos, baratos y que pocas veces se preparan en casa. Por falta de costumbre, porque lo típico es comerlos por ahí, por pereza, por no tener la receta correcta...

   Este además es un entrante que me llena de recuerdos y eleva el nivel de morriña a 100. Ayer me acordaba de la última vez que lo comí, en Getxo, estas navidades. Patri recién llegada de Shangai, después de un año. Yo recién aterrizada de Austria... nos pasamos todas las navidades comiendo todos los pintxos que se nos pusieron por delante. Creo que no hubo día sin pintxo... El día de los champis no teníamos ni hambre. Pero fuimos a por un vino, el camarero estaba terminando de montar unos sobre la plancha... y los champis se vinieron con nosotras a la mesa. Una vez allí los repartimos entre todos los que estábamos... no es que sea un pintxo que llene o que sea para compartir... pero que más daba, si aquello era sólo gula.

   Gula y ganas de estar juntas, de charlas y más charlas, de abrazos, menos de los que nos debíamos, de paseos junto al mar, de no parar de reir... os echo de menos chicas. ¡Pero que poquito queda ya para la siguiente ronda de pintxos!

   Y de mientras, me los preparo yo en casa. Nadie me mima más que yo misma, jejeje...

   Después de haber probado varias recetas para la salsa de ajos y guindilla para los champis (nada de champiñones, estos son champis), hace tiempo que me quedé con esta. A veces sale más más blanquita, a veces más colorada, depende del tomate que use, pero siempre igual de rica. Con ese punto (o más que punto) picante que tan bien pega con los champis...

   El truco, hacerlos despacito y a la plancha. Primero boca abajo, luego boca arriba, que suelten el juguillo... Los champiñones, lo más frescos posibles, grandotes. Los que veis en la foto son marrones, pero por supuesto lo normal es usar los blancos de toda la vida. 

miércoles, 1 de abril de 2015

Pollo al chilindrón


   Tal y como os contaba en las últimas entradas, la última aventurilla en la que me he embarcado son unos cursos de cocina española aquí en Linz. Muchos quebraderos de cabeza, buscar recetas típicas de distintas regiones, que se puedan preparar con ingredientes que se encuentren aquí a buen precio, que vayan a gustar a todo el mundo... 

   Mucho buscar, rebuscar, investigar, probar... rescatar recetas de toda la vida, como las patatas a la importancia, o probar recetas nuevas que nunca había preparado, como este plato que os traigo hoy: el pollo al chilindrón.

   A la hora de preparar las recetas, muchas veces he tirado de libros de cocina, de pedir recetas y opiniones a conocidos... pero también, por supuesto, de blogs de cocina. Uno de los que nunca fallan a la hora de buscar recetas impecables, tanto modernas como sobretodo tradicionales es Mercado Calabajío. Me habréis leído otras veces opiniones sobre él. y es que Carlos me vuelve loca con todas sus recetas, Sus paso a paso, sus fotos, los platos que se salen de la pantalla... y sobre todo, que nunca fallan. 

   Así que esta receta de Pollo al chilindrón viene adaptada de la de Mercado Calabajío. Mi salsa es más espesa. ¡Ay! que salsa, no se puede dejar de mojar pan... He utilizado menos jamón, que aquí en Austria es producto de lujo, y los pimientos son piquillos. 

   A la hora de elegir el pollo, a mi gusta usar contramuslos. Quedan muy jugosos, se quita bien la piel, y siempre tienen una buena tajada para comer. Por supuesto, se puede hacer la receta con un pollo entero troceado, con muslos enteros... No es conveniente hacerlo con pechuga de pollo, aunque sería más fácil de comer, pero ni tendría tanto sabor ni quedaría tan jugoso. Los contramuslos dan más trabajo pero merece muchísimo la pena. 

   Una receta que no podeís perderos. Aunque yo no lo había preparado nunca, es un plato que había probado varias veces y que estaba deseando aprender a cocinar. Y desde luego a mi casa ha venido para quedarse: sabor intenso, de chuparse los dedos, de toda la vida, con ingredientes sencillos pero aromas que inundan toda la cocina... ¿no os apetece un platito?

martes, 24 de marzo de 2015

Calabaza asada con salsa de yogurt y Zaatar


   La calabaza me vuelve loca. Esto no es novedad. Preparada de cualquier manera: Guisada, en crema, en pastel, en lasaña, simplemente a la plancha. Pero es que este invierno he descubierto una mezcla de especias que me encanta... ¡y que es el complemento perfecto para la calabaza! Podría tomarme toneladas de calabaza asada, con un poco de salsa de yogurt con zaatar por encima... 

   El zaatar, o zataar, zaa´tar..., que yo no conocía hasta empezar a verlo en algunos blogs, es una mezcla de especias típica de oriente medio: sésamo, cilantro, sumac, comino, tomillo limón... un poco dulce, con un toque fresco, y sabor a semillas por el sésamo. Simplemente me encanta.

   Combina perfectamente con verduras dulzonas como la calabaza, el boniato o la coliflor, o con carnes suaves como el pollo o el pescado. Y con los lácteos: perfecta para hacer una salsa con yogurt o queso crema, o para espolvorear sobre un poco de queso de sabor más fuerte. No se dónde se podrá conseguir en España, yo aquí en Austria la he encontrado con las mezclas internacionales de especias en el supermercado. 

   Así que la receta de hoy no es ni receta, es tán solo una idea de preparar una cena rápida y muy ligera. Toda variación es bienvenida. Os cuento cómo está preparado el plato de las fotos, y más abajo os propongo algunas modificaciones.


martes, 17 de marzo de 2015

Patatas a la importancia


   Una vez más vuelvo a desaparecer durante meses. Trabajo, viajes, ocio.. hay veces que no se llega a todo, y una vez más han sido la cocina y el blog lo que han quedado a un lado dentro de este ritmo frenético. 

   Los que me seguís por las redes sociales sabréis que no he parado de viajar en todo este tiempo, pero que poco a poco, también he sacado hueco para un nuevo proyecto relacionado con la cocina que me tiene encantada. En la escuela municipal de Linz organizan cursos de cocina, y he asistido a muchos de ellos. Por ejemplo, allí es donde aprendí a hacer la masa de strudel, galletas de Navidad, y otros platos típicos austriacos. Pero no sólo ofrecen cocina típica de aquí, sino también cocina francesa, italiana, china, tailandesa... y desde hace unos meses, también cocina española. Si, ahí es donde aparezco yo, y ese es el nuevo proyecto. 

   Más o menos una vez al mes, doy una clase de cocina española. La verdad es que he descubierto una nueva faceta que me encanta. No es que yo tenga unos conocimientos impresionantes ni que sea una cocinera de excepción. Pero creo que la pasión y la emoción de cada plato la sé transmitir en las clases. Les cuento historias detrás de cada receta, les intento transmitir un poquito de nuestra cultura, descubrir nuevos sabores... y desde luego los alumnos han salido siempre encantados. Y yo más... Tampoco es que sea excesivamente difícil, ¡hay tantos platos sencillos que no se conocen fuera de España y que les encantan! 

   Pero además de las clases, me encanta todo el proceso que hay detrás. Recuperar y transcribir recetas que siempre he hecho a ojo, buscar nuevos platos que nunca había preparado pero que no podían faltar... Y así es como llegamos a la receta de hoy: patatas a la importancia. 

   Un plato irresistible preparado con 4 ingredientes básicos, que si no lo conoces, sorprende. Y que si ya conoces, sabe a receta de toda la vida, a cocina de la abuela, a cosas sencillas preparadas con cariño... Es una receta que en casa prepara mi padre. Una de las favoritas de mi hermana. De esas de capricho de llamar por teléfono y pedir que te las preparen. 

   Y vosotros ¿conocíais las patatas a la importancia?

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